He estado pensando… algunas personas tienen como filosofía de vida «parecer lo que desean ser» lo cual siempre me había parecido un poco estúpido hasta que descubrí hace poco que nuestro cerebro (para algunos intrépidos hijos de la luz «universo») es la máquina más perfecta de cumplir deseos.
Hoy he estado reflexionando un poco al respecto (después de la emoción del descubrimiento) y creo que, como siempre, no es una verdad absoluta.
Volviendo al tema, estoy convencida que en algunos casos es muy positivo parecer lo que se quiere ser. Por ejemplo, si quieres ser un tipo importante en el mundo de los abogados o banqueros o algo similar, puedes tener más posibilidades de entrar en ese espacio si tu apariencia es la de un profesional importante.
Por supuesto, no es una obligación, estoy segura que todos conocemos casos fuera de la regla: políticos que nunca se quitan el jean, House, etc.
En otras áreas de la vida, sin embargo, creo que esa filosofía puede ser muy contraproducente.
En mi país por ejemplo, existe una imagen familiar que normalmente se cuida mucho, quizás esto va amarrado a un tema sociológico, el qué dirán y las buenas y malas costumbres. Conozco casos en los que esto se lleva al extremo… así tienes a gente que aparenta ser feliz creyendo que así, lo será algún día. Y ahí está el meollo del asunto…
En algunos momentos de la vida, es bueno esmerarse en mantener la alegría cuando se está triste. Sobreponerse podría ser una buena palabra para lo que digo; pero a veces esto se confunde o se expande demasiado.
La felicidad es algo tan profundo y fugaz que me parece imposible intentar aplicarle el cuento del «parecer lo que deseas ser».
Cómo reconocer la verdadera felicidad si ésta se convierte en un estado invariable? Si una persona se pasa la vida aparentando ser feliz sin serlo, realmente será feliz «de una extraña manera»
Cierto. Lo será. Te dirá que lo es, creerá que lo es y con creerlo, lo será de nuevo… Pero quizás nunca podrá saber si en esa estable felicidad era realmente… feliz?
Tiene sentido lo que digo?
Este es mi primer post en mi segundo blog… el de las cosas que no tienen que sonar bien ni tener sentido.
So, como es mi primer post, debo avisar. Aviso!!! Me gusta pensar… y pensar siempre y cuando pueda luego encontrarle una aplicación funcional a mis pensamientos. Conclusiones prácticas que pueda aplicar a mi día a día, mi a veces triste, a veces divertido, a veces caótico…día a día.
Con todo esto del ser y parecer lo que se desea ser he sacado un par de ideas con algo de sentido para mi.
1. La primera es, que para algunos casos triviales, aplicarme el cuento me beneficia, así que lo seguiré haciendo. Creo que es muy favorable pensar qué cosas te gusta parecer ser.
Por ejemplo, cuidarme, disfrutar cuidándome, siendo atenta con estupideces como mi maquillaje, mis uñas, mis arrugas incipientes, mis cremas, mis perfumes, mis accesorios y mis mil trucos de belleza… quizás en el fondo a veces quisiera no hacerlo, alejarme de todo eso y salir con mi cara lavada todos los días.
El caso es que me hace feliz, porque me hace parecer «cuidada» y la imagen que proyecto (no solo a los demás, sino a mi misma) de mi, es positiva para mis ojos. Ahí va una.
2. Otra, no debo aplicarme el cuento a mis estados de ánimo. Es decir, si estoy triste, histérica o divertida o lo que sea que esté, perfecto. Jamás aparentaré ser algo que no signifique ser yo misma y yo soy un vaivén de sensaciones y de estados de ánimo. No soy una de esas personas estables que siempre esta sonriendo, no lo soy.. Aceptado. No lo quiero ser tampoco, así que en realidad tampoco tendría mucho sentido parecerlo.
En fin, son las 2 de la madrugada y debería dormir un rato… creo que ya desvarié bastante por hoy.